El valor económico y social de los datos abiertos

logoConferenciaRegionalDatosAbiertosLos días 26 y 27 junio se realizó en Montevideo la Conferencia Regional de Datos Abiertos. El primer panel refirió a “El valor económico y social de los datos abiertos”.

Andrew Stott cree que deberíamos volver al modelo original de datos abiertos. El gobierno recopila muchos datos y los que son importantes para las personas como los de hospitales, escuela, policía, etc. Los datos son un tipo de comida milagrosa que puede comerse muchas veces porque no tienen fecha de vencimiento. El gobierno recolecta los datos porque tienen un valor para él. El valor debe ser mayor o igual al costo. Pero cuando dan esos datos el costo es muy bajo, pero otras personas pueden darle mucho valor. Se pregunta ¿para qué abrir los datos? Entiende que para hacer dinero, por crecimiento económico, más servicios, darle más poder al ciudadano, más transparencia. Los datos son el nuevo oro, es como un nuevo petróleo. Hay empresas que utilizan datos y los venden como inteligencia de negocios. Desde que la compañía de transporte de Londres dio sus datos hay ahora más de 500 aplicaciones. Hay mucha información que se produce por temas de tránsito en Gran Bretaña. Los datos se utilizan para los seguros y también tenemos datos topográficos, meteorológicos, de servicios financieros. Se utilizan para generar nuevos negocios. Los datos geoespaciales se le daban a Google, ahora se les da a inversores pequeños. El gobierno también utiliza los datos abiertos, en los municipios se puede por ejemplo analizar el nivel de ahorro. Se pregunta acerca de cómo ayuda a mejorar los servicios públicos. Entiende que los políticos quieren darle poder a los ciudadanos para que no todo sea de arriba hacia abajo. Las escuelas, por ejemplo, son muy competitivas y los padres pueden escoger en base a datos reales el colegio de sus hijos. También podemos tener información sobre hospitales y podemos saber cuáles son los más limpios y seguros; por seguros se entiende que salga más sano de los que entró. En relación con la transparencia, el gobierno libera información para decir dónde va el dinero. Antes había sido rechazado de 6 formas diferentes, ahora se usa para saber cómo se utiliza. La página web se llama ¿Dónde va mi dinero? Otro ejemplo fue una investigación que realizó una chica de 16 años, sobre si apagaban la luz los oficiales durante la noche. Averiguó que el Ministerio de Defensa usaba luz en la noche, lo que parece razonable, pero no para otros ministerios que también tenían un alto consumo. Un tema que destaca como importante es que los datos tienen que enfocarse en lo que a la gente le interesa. Hay que liberar la información que la gente quiere ver. En Gran Bretaña liberaron información de transparencia y se libera lo que la gente pide. Hay que crear un ecosistema de datos abiertos y crear prestaciones sostenibles. Esto lo hacen emprendedores sociales, son aplicaciones sencillas y que tienen apoyo comunitario. Una preocupación, por ejemplo para el gobierno de Canadá, es que determinada información le baja la reputación al gobierno. Otra preocupación es la privacidad.

José María Alonso. Entiende que Open Data es un movimiento joven. Algunos vienen del sector técnico y otros de la transparencia. Southern Africa Regional Programme on Access to Medicine Diagnostic (SURPAM). Hay muchas escusas para no abrir los datos: no los tenemos, es malo, no podemos utilizar esos datos, etc. En el programa en que trabajan encontraron  información interesante, porque algunos países pagaban hasta 25 veces más por el mismo medicamento al mismo proveedor. Esto tiene un impacto social importante. También el poder de la sociedad frente al gobierno que no quería ofrecer determinada información. Al recopilar información, incluso se obtiene información que muchas veces el gobierno no conoce. El gobierno ahorra dinero porque paga menos dinero ahora por medicamentos. Por otra parte, hace hincapié en la importancia de los estándares, todo sería mucho más sencillo porque se podría automatizar. Es importante entrenar a los funcionarios y al personal técnico. Se pregunta cómo es posible hacer bien open data. En primer lugar hay que tener conciencia del medio en que nos movemos. Cuando se recibe información en papel, se comienza a archivar con metodología, entonces esa información va tomando sentido. Cuando la información está en papel hay que digitalizarla. Open Data es absolutamente político, tiene que estar en la agenda política. La utilidad del proyecto depende de ello. Tiene que tener impacto social y económico. Hoy por hoy hay muchos ejemplos, por lo que resulta más fácil convencer para que se comiencen a liberar datos. Hay que usar mejor la web, hay que usarla con mayor potencial. La utilidad es relativa. Le preocupan cosas como por ejemplo, que en algunos países el uso de los datos se va ralentizando y no tiene el impacto que esperaban. Ni siquiera hoy se sabe si tener un portal de datos abiertos es mejor, es lo que se comenzó haciendo, pero ahora los valores están cayendo.  Hay tres fases en los datos abiertos: transparencia, participación y rendición de cuentas. Hay que tener muy en cuenta la accesibilidad. Otro aspecto interesante es que el tema open data se está llevando a las corporaciones, lo que implica que las empresas también podrían liberar información de utilidad.

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